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Carlos V; desde Tazones a Mojados
La historia oficial describe, en el mejor de los casos, la reunión de Carlos V con su hermano Fernando en Mojados, como un encuentro amistoso y casi cariñoso, entre dos hermanos que hacía mucho tiempo que no se veían, y en el que Fernando, rindió pleitesía a su hermano Carlos.

En mi peculiar visión de la historia; nada más lejos de la realidad.
Su capacidad para dirigir un imperio queda patente desde el mismo momento en que desembarca en España. En un viaje de 1400 kilómetros por mar, equivoca su destino en más de 170. Tenía que llegar a Laredo, y apareció en Tazones.
No contento con eso -supongo que para evitar perderse otra vez en el mar-, decide, con el asesoramiento de sus consejeros, hacer el viaje hasta Laredo… por tierra. Un recorrido de más de doscientos kilómetros por caminos de acémilas, subiendo y bajando empinadas cuestas, sin tener una idea clara de donde se encontraría la próxima aldea en la que poder descansar; guarecerse de la lluvia o limpiar el barro de sus vestiduras.
Su “Cronista oficial”, por llamarlo de alguna manera, en vez de relatarnos estas cuestiones y otras relacionadas con la logística y la intendencia, se limita a criticar la forma de ser de los lugareños y la forma de vestir de las paisanas.
Nada nos dice de caballos –sabemos que la nave de las caballerizas se había hundido después de incendiarse-, pero no sabemos si tenían más.
Desconocemos además, el número de personas que componían el séquito. Sabemos que eran muchos, pero nada nos dice de cómo solventaban sus necesidades básicas.

 

 

 




 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

CarlosV

 

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