Polifacético desde la infancia, destacó en los deportes a muy temprana edad. A los cinco años participó en su primera competición en K1, organizada con motivo de la inauguración de las obras en la isla y el puente colgante de Zamora. Llegó el último a la meta, situada bajo el flamante puente, y a pesar de que el resto de participantes le triplicaban la edad, no quedó clasificado en último lugar ya que varios de los participantes volcaron las inestables embarcaciones y no finalizaron la prueba.
En su última participación en Zamora, fue el primer clasificado en K2 mixta durante el Descenso Ibérico del Duero.
La natación; el tiro con carabina ( de aire comprimido y del 22); la jabalina o el salto con pértiga fueron otros de los deportes en los que destacó hasta los 18 años.
En salto con pértiga, además de ser campeón provincial durante varios años, llegó a ser medalla de plata en los VIII Juegos nacionales celebrados en Sevilla en Septiembre de 1970.

Antes de cumplir el servicio militar, aprueba una oposición para funcionario, que le lleva a residir en dieciséis municipios diferentes durante los siguientes treinta años.
Se licencia del ejército como cabo primero y ese mismo año se casa y se traslada a las islas Canarias, donde nace el primero de sus dos hijos.
La pesca; el ajedrez; el frontenis; la arqueología y el teatro aficionado, ocupan su tiempo libre durante quince años, hasta que descubre el Golf.
Vive por, y para este deporte hasta los cincuenta años y después de conseguir bajar el par del campo de forma habitual, se desmotiva lo suficiente como para dejar de participar en Competiciones.
Juega a diario con su mujer (handicap 15) y dedica bastante tiempo a su faceta de Animador deportivo y preparador físico.
La literatura ocupa un lugar destacado en su vida.
Las enormes diferencias culturales existentes en los diversos destinos a los que le lleva su trayectoria laboral, lo convierten en un estudioso de las costumbres e historias de unos lugares y unas gentes, que sin poder evitarlo, acaban condicionando sus criterios y modificando los conceptos más arraigados.
Estas diferencias en la forma de pensar y la diversidad de puntos de vista respecto a cuestiones concretas, le lleva a dudar de cualquier relato u opinión que pueda estar condicionada por circunstancias personales o geográficas, encauzándolo hacia juicios analíticos y desinteresados.
De esta forma, disintiendo del atavismo, se plantea teorías alternativas sobre diferentes credos o doctrinas, así como de la Historia tal y como nos la han contado, desde el origen de los tiempos.
Las obras de teatro sobre Viriato o sobre Carlos V, dan buena fe de ello. Mientras que la novela: Satélites para hablar con Dios, nos incita a reconsiderar los cimientos de nuestra historia y las expectativas de nuestro futuro.